Una de las características del proceso de globalización que ha sufrido el Mundo ha sido la cualidad de poder observar en otros países como se vive o como se viven ciertos acontecimientos inevitables que conllevan el progreso y poder comparar esos procesos con los acontecidos en tu país.
Uno de esos procesos ha sido la implantación de internet como protagonistas principal de nuestras vidas. A día de hoy es ineludible hablar de las redes sociales o de los blogs, está en boca de todos y todos le hemos entregado parte de nuestra vida a la red. La cuestión que yo me planteo hoy es el uso de internet como lanzadera para el consumo de ocio, como se ha orientado la forma de consumir en la red y cual es la posición que representa nuestro país en este consumo.
En Estados Unidos el consumo de música por internet representa el 60% del total de las ventas anuales. Esos significa que el negocio en la red está muy vivo y tiene vistas a seguir creciendo. Ahora bien lo que allí funciona no significa que funciona en todas partes, en nuestro caso, el español, no es tan pujante el negocio del consumo no solo de música sino de cualquier producto relacionado. España forma parte de los países donde más se piratea por la simple cuestión de tener las características de una sociedad a merced de un monopolio de la cultura, a golpe de subvenciones millonarias y de una politización sin límites de la misma.
Si nos volvemos a fijar en Estados Unidos, ya hay empresas que ofrecen servicios de televisión por internet, descarga de películas previo pago de una cuota mensual o descarga de series de televisión a precios muy competitivos. Las empresas están rivalizando por liderar ese mercado dando lugar a mejoras y avances constantemente. En España las empresas del sector viven estancadas, mantienen un modelo anticuado. Se han fijado unos precios abusivos para la renta media de la sociedad española, por eso existe la piratería, sino como es posible que más del 90% del material de ocio que se consume en la red sea descargado de forma ilegal.
Ahora viene las soluciones impuestas, como es la idea de algunas compañías de internet que pretenden acabar con el modelo de tarifas planas de internet para poner un modelo de pago por cantidad de consumo de red. Por otro lado no podemos olvidar el canon impuesto por el gobierno de Zapatero para que todo lo que reproduzca cultura esté sujeto a un impuesto, un ejemplo el de los iPod, que pagas 230 euros por uno y el Estado se queda con 40 euros entre unas cosas y otras. Se quiere luchar contra la piratería pero nadie quiere hacer el esfuerzo de poner precios competitivos, de buscar nuevos modelos de consumo. Se quiere mantener el mismo modelo de siempre como sea, quieren que paguemos 20 euros por un CD de música, 25 por una película en DVD, 40 por una serie de televisión o más de 20 euros por un libro. Además tienen el descaro de aproximarse en algunos casos como por ejemplo la compra de libros en formato digital para leerlo en un iPad, Kindle o eReader y pedir 15 euros por un archivo que te mandan por mail cuando en Reino Unido o Estados Unidos un libro digital cuesta entre 3 y 5 euros.
Willie Wonka tenía una fábrica de chocolate, había creado un mundo maravilloso, a world of pure imagination decía, el problema era que no te dejaba tocar nada. Es hora de que se replanteen muy bien que quieren hacer con el consumo de la cultura en España pues si pretenden acabar con la piratería sin ofrecer nada a cambio, seguir poniendo canon a los bienes de ocio ‘’por si acaso’’, y mantener el modelo de consumo clásico de bienes en soporte físico a precios de oro,llegará un día que tampoco podremos tocar nada.
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